La terapia de sonido y en particular los gongs suele incluirse dentro de las llamadas terapias complementarias.

 

Pero su origen se remonta a siglos atrás, cuando distintas culturas ya utilizaban el sonido como vehículo de conexión, sanación y transformación. Hoy, la ciencia comienza a validar lo que esas tradiciones intuían: que las vibraciones sonoras pueden tener un efecto real sobre el cuerpo, la mente y el sistema nervioso.

Qué ocurre en una sesión de gongs?

Durante una sesión, el cuerpo no solo escucha: vibra. Los gongs emiten ondas sonoras expansivas que no se limitan al oído. Viajan a través del agua (que compone más del 70 % del cuerpo humano) y los tejidos, generando una resonancia profunda que alcanza capas físicas, emocionales y energéticas.

 

No hay melodía ni ritmo fijo. Es una experiencia envolvente, donde el sonido se convierte en vibración y la vibración en una forma de presencia. En ese entorno seguro, el sistema nervioso baja la guardia y entra en un estado de descanso profundo.

 

Que dice la ciencia

 

Hoy se sabe que estas vibraciones no solo activan la corteza auditiva, sino que pueden modificar el ritmo de la actividad eléctrica del cerebro. Cuando el oído capta el sonido, lo convierte en señales eléctricas que viajan hasta el cerebro. Según la frecuencia, el cerebro puede pasar de un estado de alerta (ondas beta) a uno de relajación (ondas alfa) e incluso a estados más profundos de meditación y regeneración (ondas theta).

 

Este proceso sucede de forma natural, sin esfuerzo consciente ya el cerebro tiende a sincronizarse con las frecuencias externas. Por eso, las vibraciones lentas y oscilantes del gong permiten entrar en estados meditativos de manera fluida, incluso si no tienes experiencia previa.

 

Además, este tipo de sonido ayuda a activar el sistema nervioso parasimpático (relacionado con la recuperación y la calma) mientras reduce la actividad del sistema simpático, que se activa en situaciones de estrés. Así, disminuyen las hormonas como el cortisol, se relaja la musculatura y se promueve una sensación general de bienestar.

 

Las investigaciones también sugieren otros beneficios complementarios de las vibraciones sonoras. Por ejemplo, pueden contribuir a disminuir la percepción del dolor, ya que reorganizan los circuitos neuronales que lo procesan y ayudan a relajar la tensión muscular asociada a molestias crónicas. Además, estas ondas actúan como un micromasaje interno que estimula la circulación sanguínea y linfática, favoreciendo la eliminación de toxinas y mejorando la oxigenación de los tejidos. Lo anterior, junto a la relajación profunda que se experimenta, permite que el cuerpo libere presión acumulada y recupere una sensación física de ligereza y descanso reparador.

Para quienes está recomendado?

Aunque a veces se asocia con lo espiritual, cada vez más personas se acercan a esta práctica por razones muy concretas:

  • Estrés prolongado o ansiedad persistente
  • Dificultad para dormir o descansar profundamente
  • Sobrecarga mental o emocional
  • Desconexión del cuerpo
  • Cansancio que no mejora con el descanso habitual

 

También es utilizada por deportistas de alto rendimiento, personas en recuperación física o quienes simplemente buscan un espacio donde no haya que hacer nada, solo sentir.


Y si nunca lo has probado?

 

Muchas personas se acercan con dudas y terminan sorprendidas. Porque algo se afloja, algo se acomoda. El cuerpo se suelta, la respiración se hace más profunda y la mente encuentra un ritmo más amable.

 

Cuando el sistema nervioso se siente seguro, activa de forma natural su capacidad de autorregulación. Las frecuencias del sonido crean ese entorno: uno donde lo que estaba en tensión puede soltarse, y donde lo esencial vuelve a tener espacio. La experiencia es simple, pero poderosa: una vibración que acompaña, envuelve y renueva desde dentro.

 

Dónde puedes profundizar?

 

Si te interesa explorar más, puedes leer el libro Deja de ser tú o ver la serie Rewired, ambos del neurocientífico Joe Dispenza. En ellos se explica cómo el sonido, la meditación y la frecuencia influyen directamente en el sistema nervioso, el estado emocional y la energía vital. Y si prefieres vivirlo en primera persona, en Youtopia Retreat puedes experimentarlo en un entorno pensado para acompañar procesos de transformación, descanso profundo y reconexión.